Raúl González regresó a su primer trabajo luego de 30 años de haberse ido

Raúl González demostró una vez más su vulnerabilidad ante las cámaras de Univision

Raúl González.

Raúl González.  Crédito: Mezcalent

Los televidentes de “Despierta América” constantemente ver a los presentadores del matutino protagonizar increíbles experiencias. La más reciente fue de Raúl González, quien regresó a su primer trabajo luego de 30 años de haberse ido.

En el segmento “Mi trabajo” del programa, el venezolano contó parte de su historia personal y profesional.


“Bueno familia, el 3 de abril de 1994, llegué a este país con una maleta llena de ilusiones y la primera oportunidad que se me dio de trabajar, fue en este mismo negocio, que en esa época se llamaba ‘A1 Pizza’. El único trabajo que había disponible era como repartidor, y este servidor, venía de ser ‘un artista’, en’ su natal Venezuela”, comenzó diciendo.

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¿Cómo fue su experiencia?

A través de imágenes, recordó su fuerte horario de trabajo mientras anhelaba cumplir el llamado “sueño americano”.

“Aquí llegaba a las 8 de la mañana y me iba a las 9 de la noche, siempre teniendo muy claro cuál era mi sueño y cuál era mi enfoque… Aquí hablé muchas veces con Dios pidiéndole la oportunidad de alcanzar el sueño americano. La gran mayoría de las personas que trabajábamos aquí se iban a su casa, a mí me tocó dormir 28 días, en un carro Ford Fairmont, del año 1982, que me costó, en aquella época, 500 dólares, que en su momento, el primer dueño de la pizzería, el señor Luis Bolívar, fue quien gentilmente me los prestó, y se los fui pagando poco a poco con trabajo, aquí comencé a buscar mi ‘Visa para un Sueño’ (tal el nombre de su musical)”, manifestó.

También quiso mostrar parte de la maquinaria que usaba en la cocina de la pizzería, así que no dudó en hacerlo y contar más de su experiencia.

“En este horno me quemé yo la mano, nunca en mi vida había utilizado un horno como este, y sigue siendo el mismo horno, porque lo reconozco perfectamente… Una bandeja de las pizzas, donde se pone la masa, totalmente caliente y ahí me quemé la mano… Esta es la misma máquina (señalando otra) donde se hacía la masa”, dijo.

Asimismo, agregó: “En este baño, era mi baño cuando me tocó dormir en mi carro, y el señor Luis nunca supo que yo dormí en mi carro, nosotros cerrábamos, yo iba, daba una media vuelta y regresaba, él tuvo mucha confianza en mí y se lo agradeceré por siempre, porque él me daba las llaves de la pizzería… Aquí viví momentos muy especiales, de sueños, pero también muchas veces decía: ‘¿Qué hago yo aquí?’, era regresar a Caracas o luchar, ‘¿este era el país o la ciudad donde yo realmente iba a lograrlo?’, y en esa disyuntiva me la pasaba”.

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