Jennifer López deslumbra en Capri con un trajecito de cebra de Roberto Cavalli
Jennifer López deslumbró con su traje hecho por Roberto Cavalli
La cantante Jennifer López no ha dejado de ser noticia desde hace un mes cuando se hizo público su matrimonio con su amor de hace 20 años, el actor Ben Affleck. Luego de esto se fue de luna de miel a París, en Francia, con su pareja y luego se trasladó a la costa italiana para dar una presentación de esas que no olvidarán sus asistentes.
En esta oportunidad, JLo -nombre artístico de la artista- participó en la gala benéfica de Luisa Viaroma x Unicef para así acumular fondos para sus causas de solidaridad. Con un traje de cebra y plumas blancas, la intérprete de ‘Dance Again’ entonó sus grandes éxitos.
Luego de quitarse su capa, lució un body con el mismo estampado y con detalles brillantes y con la ayuda de sus bailarines pudo sorprender con sus curvas espectaculas. Hay que tomar en cuenta que estos trajes fueron hechos de Roberto Cavalli, autor de toda su presentación en la costa italiana.
Según la revista Hola, una de las razones para que Jennifer López hiciera eso es para recordarle a sus fanáticos que este tipo de estampados con las plumas siempre serán parte de su estilo y de su identidad, donde comenzó ya hace unas décadas.
El matrimonio de Jennifer López
Como se había mencionado antes, López contrajo matrimonio con Affleck y a través de una comunicación contaron todos los detalles de su unión legal. “Lo hicimos. El amor es hermoso. El amor es amable. Y resulta que el amor es paciente. Veinte años de paciencia”, afirmó la cantante en ese entonces.
“Anoche volamos a Las Vegas, hicimos cola para la licencia con otras cuatro parejas, todas haciendo el mismo viaje a la capital mundial de las bodas. Detrás de nosotros, dos hombres se tomaban de la mano y se abrazaban. Delante de nosotros, una joven pareja que hizo el viaje de tres horas desde Victorville en el segundo cumpleaños de su hija; todos queríamos lo mismo: que el mundo nos reconociera como compañeros y declaráramos nuestro amor al mundo a través del antiguo y casi universal símbolo del matrimonio”, contó.
“Así que con los mejores testigos que puedas imaginar, un vestido de una película antigua y una chaqueta del armario de Ben, leímos nuestros propios votos en la pequeña capilla y nos dimos los anillos que llevaremos el resto de nuestras vidas. Incluso tenían Bluetooth para una (corta) marcha nupcial por el pasillo. Pero al final fue la mejor boda que podríamos haber imaginado. Una que soñamos hace mucho tiempo y que se hizo realidad (a los ojos del Estado, de Las Vegas, de un descapotable rosa y del otro) por fin”.