El duro relato de Esmeralda Pimentel sobre los abusos que sufrió cuando era niña
La actriz y modelo se sinceró sobre los presuntos abusos sexuales que sufrió estando pequeña en manos de un familiar
Esmeralda Pimentel reveló que fue abusada sexualmente por un familiar cuando ella era una niña. Crédito: Manuel Velasquez | Getty Images
Durante su más reciente entrevista para el podcast ‘El Rincón de los errores’, Esmeralda Pimentel decidió abrir su corazón y revelar algunos aspectos críticos de su vida privada, entre ellos, los abusos sexuales que sufrió cuando apenas era una niña en manos de un familiar.
En la charla con Marimar Vega y Efrén Martínez, la reconocida actriz sacó a relucir el trágico tema que le tocó vivir en su infancia y como dicha situación la llenó de miedo, ya que, según ella, en su momento no pudo denunciar lo que sucedía.
“Yo me acuerdo, por ejemplo, de una ocasión en la que yo estaba tomando la siesta. Yo era una niña y un familiar, o sea, de pronto empecé a sentir que me estaban tocando, seguía con los ojos cerrados, pero estaba consciente de que me estaban tocando, entonces como este miedo de ‘¿quién va a ser cuando abra los ojos?’”, expresó la modelo.
Igualmente, Esmeralda aseguró que para el momento de los hechos lo que más le dolió fue haber sido silenciada por su propia abuela, quien la obligó a callar y a olvidar lo que había ocurrido. “Abrí los ojos, era un primo y lo primero que hice fue bajar a decirle a mi abuelita ‘mi primo me hizo esto’, y mi abuelita me dijo ‘cállate, no lo vuelvas a decir, eso no pasó’”, relató Pimentel.
“Viene de la falta de libertad que viví por muchos años, o por muchos abusos que sufrí cuando era chica y de los que fui testigo en mi familia, en mi contexto, y que estaba muy normalizado el quedarme callada”, detalló Pimentel.
Esmeralda Pimentel invitó a denunciar este tipo de situaciones
Aprovechando el espacio y su triste anécdota, Esmeralda Pimentel invitó a todas las mujeres que sufrieron o sufren una situación similar a denunciar estos hechos. De hecho, la modelo aseguró que aconseja a sus sobrinos para que levanten la voz sobre una situación que los pueda incomodar.
“Así viví muchas cosas de niña, donde el decir lo que estaba pasando, lo que estaba atestiguando generaba mucho problema, y había una necesidad de callarme. Entonces cuando me independicé, y sobre todo creo que eso se exacerbó cuando empecé a ser tía, no soy mamá, pero soy tía, y el decir ‘hablen’, les digo a mis sobrinos ‘cultiven su rebeldía, cuestionen el sistema… tú sé dueño de tus propios conceptos en la vida’”, narró la mexicana.
Esmeralda Pimentel y sus adicciones a las drogas
Por otra parte, la actriz también dejó en evidencia que durante un tiempo tuvo una terrible adicción a las drogas, por sentir que la hacían sentir más libre, pero esto le trajo problemas en su carrera profesional y casi pierde la misma. Incluso, comentó que estuvo a punto de perder la vida por el consumo de sustancias estupefacientes.
“Contacté con las drogas, con las adicciones, una época muy oscura y hubo un momento donde me quedé en ceros económicamente, estaba muy mal, sumida en mucha oscuridad. Lo dejé porque ya no había dinero y porque me estaba afectando mucho, ya no podía grabar”, confesó la actriz.
Pimentel manifestó que el problema llegó a tal grado, que incluso llegó a contemplar el suicidio como forma de escape. “He pasado por momentos muy luminosos y por otros bien darks, las drogas, intentar suicidarme, el abuso”, narró la modelo.
La actriz de 34 años de edad compartió cómo fue que decidió alejarse de las drogas, gracias a la ayuda de un especialista. “Hubo un terapeuta que me dijo: ‘¿Cuál es tu necesidad de las drogas?’, y yo le dije: ‘Quiero conectar y sentir’, porque yo sentía que conectaba con lo divino a través de las drogas y él me dijo: ‘¿Quieres conectar con lo divino? Ven a mi casa tal día y vamos a hacer una ceremonia de tambor’”, relató.
Por fortuna, dicho ritual provocó un cambio en Esmeralda, el cual marcó un antes y después en su vida con el que finalmente, pudo dejar las drogas. “Durante toda la noche, únicamente en los descansos tomabas café y agua. Gracias a esa ceremonia de tambor, supe que yo tenía la posibilidad de sentir físicamente todo este tipo de sensaciones y de contactar con lo divino sin meterme nada. Empezó siendo de vamos a probar y de pronto sentía mucha libertad, mucha falsa libertad”, narró.
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