Pablo Montero explica qué sucedió con el comedor que compartía con su ex, Carolina Van Wielink

Pablo Monter, cantante y actor mexicano, habló sin reservas con 'Ventaneando' sobre este momento de su vida

Pablo Montero, cantante y actor mexicano.

Pablo Montero, cantante y actor mexicano.  Crédito: Mezcalent

El hombre del momento, Pablo Montero, conversó hace poco con el programa ‘Ventaneando’ donde pudo explicar varios detalles de su vida como el pleito que tuvo con su ex esposa Carolina Van Wielink donde estuvo involucrado su juego comedor y sus dos hijas. “Esta persona está todo el día ahí metido, ahora resulta que mantengo una boca más”, dijo el protagonista de ‘El Último Rey’ de Televisa-Univision.

https://youtu.be/o-FbCjSeaxY

En su contacto con Pati Chapoy, indicó de manera más tranquila que fue lo que realmente pasó en ese momento. “Eso fue puro choro. Estábamos jugando. Cuando salimos de la casa de San Ángel dije, todos los muebles llévatelos para que estén con las niñas. Yo, en lo que construyó la casa, no voy a necesitar muebles. Eso se lo regalé a mis hijas, no a ella”, aclaró el también cantante. 


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Señaló que no tenía intenciones de quitarle el juego de mesa a sus hijas, pero que si le molestaba ver a otra personas comer en él. “Lo que me daba coraje es que se sentara en la cabecera el hombre, dije, ‘este lugar es para Carito’, esa era la cosa. Le voy poner clavos o tachuelas abajo”, dijo.

Para ese entonces, el mexicano contó todo lo que había pasado al programa Despierta América. «Hay una sentencia que ahí me toca. Una sentencia que ya está sellada y dictaminó el juez. donde a mí me toca la convivencia con mis hijas el primer sábado del mes y el quinto si hay algún  quinto fin de semana», explicó. «Entre semana me toca los días a la semana, 15 días al año de vacaciones y navidades compartidas. Entonces lleva dos meses escondiendo a las niñas, evadiéndome», relató en ese momento. 


«Todo esto es porque yo fui, yo reclamé, yo les compré una casa en la Riviera Maya, hay una cláusula donde se pueden aceptar visitas. Si ella tiene una pareja puede entrar y salir, pero un día llegué yo y ellas estaban muy asustadas porque estaban encerradas en un cuarto con el novio. Se me hizo una falta de respeto a mis hijas y a la casa que les compre», indicó Montero.

«Yo le reclamé al tipo ese que no volviese a encerrarse en la habitación estando las niñas ahí, porque es una falta de respeto (…) Yo creo que le va a llegar una fracción fuerte por estar haciendo ese tipo de cosas de esconderlas, ocultarlas, de esconderle las computadoras (…) las niñas le están pidiendo y exigiendo ‘mamá, dame un minuto para hablar con mi papá'», explicó.


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