Cantinflas: así fue como el comediante se convirtió en el primer mexicano que durmió en la Casa Blanca
Fue hace 28 años cuando el actor mexicano perdió la vida, conocido, entre muchas otras cosas, por su relación con el expresidente de Estados Unidos, Lyndon Johnson
No se puede hablar de la comedia mexicana si no se hace referencia a, tal vez, el exponente más emblemático de la historia de ese género artístico, nada más y nada menos que Mario Moreno, mejor conocido como Cantinflas. El cómico no sólo llegó a ser comparado con Charles Chaplin, sino que también era admirado por el mimo inglés, pues lo consideraba un genio de la interpretación.
El día de hoy, pero del año 1993, fue cuando el nacido en el barrio de Santa María La Redonda perdió la vida, pero su legado quedó para la posteridad, además de su grande influencia en el mundo del cine y la televisión, convirtiéndose en una leyenda de la risa. Tal era el impacto que generaba Cantinflas en lugar donde se parara que fue Estados Unidos uno de los países en donde dejó huella, convirtiéndose en uno de los primeros mexicanos que fue invitado a visitar la Casa Blanca.
A finales de la década de los años 30, las películas de Cantinflas no sólo generaron millones de pesos, sino que dieron la vuelta al mundo, convirtiéndose en un símbolo del séptimo arte de México. Por tal motivo, el trabajo del comediante capitalino trascendió continentes y cautivó el corazón de políticos y líderes de nación. A raíz de esto, Mario Moreno tuvo buena relación con el presidente de Estados Unidos, Lyndon Johnson, antes de que este asumiera el poder en 1963 y tenía una gran amistad con Gustavo Díaz Ordaz, quien estuvo al mando de la nación azteca de 1964 a 1970.
Por su relación con autoridades norteamericanas, Cantinflas viajó a Estados Unidos para ser partícipe de la campaña del mexico-americano Henry González, acompañándolo en día de elecciones en un paseo que el político realizaba en San Antonio, Texas. Eventualmente, González se ganó un lugar en el Congreso, siendo el primer ciudadano de raíces mexicanas en lograrlo.
A raíz de dicha visita, en 1962, John F. Kennedy, en voz de su amigo Johnson, le brindaron el honor de quedarse a dormir en la residencia del presidente de los Estados Unidos, la Casa Blanca. Para el año de 1965, cuando Lyndon se hizo con el cargo de jefe máximo del país de Norteamérica, de nueva cuenta invitó a Mario Moreno ante una multitud de 30 mil personas, agradeciéndole por la amistad incondicional que le brindó el comediante mexicano.
«Con nosotros en ese día memorable aquí en este mismo lugar en noviembre de 1961, estaba un muy viejo y muy querido amigo mío y un buen amigo suyo: Cantinflas. Pasó el fin de semana conmigo y en mi casa anoche, y vino aquí hoy para unirse a nosotros nuevamente en esta reunión. Todo el mundo conoce a Cantinflas como uno de los comediantes más grandes y queridos de todos los tiempos. Pero lo conocemos mejor como un hombre cuyo corazón siempre está con su prójimo. Lo conocemos como un hombre que cree en la dignidad humana. Lo conocemos como un hombre que ha hecho más para promover las buenas relaciones entre los Estados Unidos y nuestro vecino del sur, México, que la mayoría de los estadistas profesionales», fue lo que dijo el entonces presidente en referencia al actor de «El Profe», «El Padrecito», «El Patrullero 777», «El Barrendero», entre otras cintas.
Esta anécdota es una de las tantas que muestra la importancia que tenía Mario Moreno, Cantinflas, en la cultura no sólo de México, sino de otros países, lo que refleja que su talento trascendía fronteras.