Dalilah Polanco pensó que Héctor Sandarti había muerto por su culpa

El famoso conductor contó al público el duro secuestro que vivió tras 20 años del traumático momento

Dalilah Polanco | Mezcalent

Dalilah Polanco | Mezcalent

El secuestro de Héctor Sandarti en 2001 fue un parteaguas en la vida del conductor, y es que después de más de 20 años de lo sucedido, el guatemalteco apenas pudo hablar del tema.


Por medio de su podcast “Algo Bueno Que Decir”, el guatemalteco narró que se dirigía a la primera lectura de la que sería su primera obra de teatro.

En el trayecto, Héctor fue privado de su libertad y trasladado a una casa durante las primeras horas de la noche. Aunque tenía la intención de escaparse, esperó a que se resolviera el problema y que los secuestradores se comunicaran con alguna persona de su círculo cercano para solicitar un rescate.

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Sin embargo, no fue hasta el 19 de marzo que reveló una historia alterna a uno de los momentos más aterradores de su vida. Resulta que, mientras él estaba esperando la deliberación de sus captores, una de sus mejores amigas recibió una llamada.

Las personas que lo tenían secuestrado revisaron su teléfono celular y dieron con el nombre de la persona que más se comunicaba con Héctor Sandarti: Dalilah Polanco.

Después de una noche en la que las interrogaciones hacia Héctor Sandarti no se detuvieron, la mañana del sábado 1 de septiembre, Dalilah Polanco se encontraba en su casa, acompañada de Sergio Catalán, cuando recibió una llamada.

Del otro lado escuchó una voz que no reconoció. Solicitaron hablar con la señora Dalilah y ella, sin mucha paciencia, pidió que le dijeran el motivo de la llamada.

“Si quiere volver a ver a Héctor Humberto Sánchez Duarte, tiene que…” el resto de la frase se difuminó a causa de la adrenalina y la actriz ya no supo qué fue lo que le dijeron.

El hecho de que le dijeran el nombre completo de su amigo fue motivo de preocupación, pues muy pocas personas conocían la información personal del conductor.

Durante los primeros momentos, Dalilah pensó que se trataba de una broma, así que interrumpió a su interlocutor para decirle que se detuviera, que era una broma de muy mal gusto y recurrió a un insulto bastante común que involucraba a la madre del secuestrador.

Sergio Catalán comenzó a interrogarla respecto a lo que había sucedido y ella no sabía cómo responder, pues estaba atravesando por un ataque de pánico.

Con la esperanza de que todo fuera una broma, la actriz decidió comunicarse con Galilea Montijo, quien sería la compañera de Héctor en la obra de teatro a la que él no se presentó. Ella le confirmó la ausencia de Sandarti, lo que provocó que Dalilah pensara “acabo de matar a mi amigo”.

El mundo se le vino encima y comenzó a comunicarse con Benjamín Córdova, un amigo en común de ambos que reunió al grupo de oración al que pertenece Héctor Sandarti, mismo que se presentó en casa de Dalilah; donde también se encontraba el equipo antisecuestros.

Una vez que la actriz les brindó toda la información que tenía hasta el momento, el jefe del grupo de profesionales en el tema le aseguró que había hecho lo correcto.

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